Me da miedo
porque a veces no es
lo que debería (s) ser.
Cada vez que necesitamos aprender algo, atraemos a las personas que nos van a dar esas respuestas.
Eres la chiquilla de siempre,
corriendo de un lado a otro sin apenas frenar,
nunca tienes suficiente
porque tus ansias de mundo son demasiado grandes.
Piensas que eres tu,
que nunca serás suficiente,
pero la realidad es que todo se te queda escaso
y frenarte significa
que debes cruzarte con algo [alguien]
extraordinario.
Tenías esa esperanza,
esa que te decía que esta vez sí.
Ya no sabes si te estás acercando o separando más
de esa existencia que parece que no es.
Deseabas que todo fuera un error
y que las elecciones fueran distintas,
pero la realidad es diferente dónde en tu mundo solo entró para derribarlo
por envidiar algo que no era capaz de cuidar.
Algo tan grande para ti,
esa esperanza que llevabas dentro
se convierte en un pequeño recuerdo
que con el paso del tiempo se diluirá en tu memoria
y todos los besos, las risas y las caricias
dejarán de existir por mucho que tu no quisieras.
Tienes miedo de que alguien más descubra lo increíble que es,
sin sentido ya que eso está sucediendo.
Dudas de todas sus palabras
de que exista entre más de desencuentros
de que sea una fantasía y se reduzca a la idealización,
pero ni la lógica ni la razón te mueven (como siempre).
Rabias contigo por no atender este sentimiento desde hace mucho tiempo
y al mirar hacia atrás
nadie se le parece.
No quieres sentirte así,
ni escuchar las oportunidades que le va a brindar a otra persona
a pesar de ser lo correcto,
a pesar de que puedas perder más de lo que puedas ganar.
Y este egoísmo te hace apartarte en contra de tu voluntad
porque te supera el miedo de no poder estar a la altura,
de que estos celos que afloran por tu cuerpo
sean un incendio de un sentimiento
más grande.
No salen las palabras,
desde hace meses
no eres capaz de plasmar nada con sentido.
Intentas ir en contra
de tu adicción emocional
ya que es lo que te hace sacar las líneas con sentido,
pero notas como te arrastra,
como poco a poco caes
porque no sabes quien eres
sin esa parte de ti tan cruel.
Te diste cuenta del miedo que te provoca
que alguien más descubra lo increíble que es
sin ningún sentido puesto que eso ya ocurre.
Dudas de todas su palabras,
de que sea capaz de existir entre este mar de desencuentros,
de que una fantasía reducida a la idealización sin más.
Enfureces contigo misma por no atender este sentimiento
que llevas dentro desde hace tiempo,
no siendo capaz de encontrar a alguien parecido.
Luchas contra este sentir,
no puedes escuchar hablar de las oportunidades que se le brindan a otra persona
a pesar de ser lo correcto,
a pesar de que pueda perder más de lo que pueda ganar.
Y este egoísmo te hace apartarte
en contra de tu voluntad
porque te supera el miedo de no poder estar a la altura,
de que estos celos que afloran por tu cuerpo,
anhelando ese tiempo,
sean un indicio de algo mucho más grande.
Otro mes más y otro año más sin ti.
Vuelve a inundarme el terror similar al que sentiste
hace una eternidad cuando te fuiste.
Ese dolor
por perderte
y por hacerlo de nuevo
porque compartir hogar te pensar
que estáis más cerca.
Sin ser capaz de imaginar
que no volverás a subir
[escalón a escalón]
mientras te envuelve ese aroma de comida recién hecha.
Y, sin saber, se acerca el día
en el que cerrarás la puerta
con un te quiero
para no volver a abrirla
nunca más.
Te oprime el pecho.
Quizá el mundo tiene razón y no es el momento
aunque nunca parece serlo...
Si no es la otra persona es tu ansiedad,
que te quema por dentro, obnubilando tu mente,
destrozando tu corazón y poniendo más esperanzas
donde, tal vez, no deberías colocarlas.
Pero que difícil es
[encontrar] a alguien que acepte tus golpes
y bese tus cicatrices
sin darles la importancia del peso que tienen en tu espalda
porque como decía Neruda
el golpe que te dieron lo repartiste alrededor de tu alma.
Tienes esa sensación en el pecho,
más leve,
pero es la de siempre.
La que justo sientes antes del golpe,
y cómo le dices a la vida que ya no puedes aguantar más golpes?
que van sumando y cada vez te hastían más.
Cómo le dices a la vida
que quizá no aguantas el siguiente?
Me da miedo porque a veces no es lo que debería (s) ser.